"Un amigo es una persona con la que se puede pensar en voz alta"
Ralph Waldo Emerson

domingo, 27 de mayo de 2012

Carmina Burana


Cármina burana es el nombre dado a la colección de cantos goliardos (1) de los siglos XII y XIII reunidos en el manuscrito encontrado en Benediktbeuern, Alemania, en el siglo XIX.

El nombre de la obra Cármina burana procede del latín cármĕn -inis: ‘canto, cántico o poema’ (no confundir con la palabra árabe carmén: ‘jardín’), y burana es el adjetivo gentilicio que indica la procedencia: ‘de Bura’ (el nombre latino del pueblo alemán de Benediktbeuern). El significado del nombre es, por tanto, ‘Canciones de Beuern’.

El original Cármina burana es una colección de cantos de los siglos XII y XIII, que se han conservado en un único códice (2) encontrado en 1803 por Johann Christoph von Aretin en la abadía de Bura Sancti Benedicti (Benediktbeuern), en Baviera; en el transcurso de la secularización llegaron a la Biblioteca Estatal de Baviera en Múnich, donde se conservan (Signatura: clm 4660/4660a).
El códice recoge un total de 300 rimas, escritas en su mayoría en latín (aunque no con metro clásico), algunas partes en un dialecto del alto alemán medio, y del francés antiguo.
Fueron escritos hacia el año 1230, posiblemente en la abadía benedictina de Seckau o en el convento de Neustift, ambos en Austria.

En estos poemas se hace gala del gozo por vivir y del interés por los placeres terrenales, por el amor carnal y por el goce de la naturaleza, y con su crítica satírica a los estamentos sociales y eclesiásticos, nos dan una visión contrapuesta a la que se desarrolló en los siglos XVIII y segunda parte del XIX acerca de la Edad Media como una «época oscura».

En los Cármina burana se satirizaban y criticaban todas las clases de la sociedad en general, especialmente a las personas que ostentaban el poder en la corona y sobre todo en el clero.

Las composiciones más características son las Kontrafakturen que imitan con su ritmo las letanías del antiguo Evangelio para satirizar la decadencia de la curia romana, o para construir elogios al amor, al juego o, sobre todo, al vino, en la tradición de los cármina potoria. Por otra parte, narran hechos de las cruzadas, así como el rapto de doncellas por caballeros.

Asimismo se concentra constantemente en exaltar el destino y la suerte, junto con elementos naturales y cotidianos, incluyendo un poema largo con la descripción de varios animales.

La colección se encuentra dividida en 6 partes:
  • Cármina ecclesiástica (canciones sobre temas religiosos).
  • Cármina moralia et satirica (cantos morales y satíricos).
  • Cármina amatoria (canciones de amor).
  • Cármina potoria (contiene obras sobre la bebida, y también parodias).
  • Ludi (representaciones religiosas).
  • Supplemantum (versiones de todas las anteriores, con algunas variaciones)
O Fortuna
es un poema contenido en el manuscrito Carmina Burana, creado aproximadamente entre el año 1100 y el 1200.

Está dedicado a Fortuna, diosa romana de la suerte, cuyo nombre en itálico era Vortumna, que significa "la que rueda".
Fue escrito en latín medieval sin usar la clásica métrica latina, sino un estilo del alto alemán del género Vagantenlieder, poesías de los vagabundos goliardos.

Su actual popularidad se inició con la versión de Carl Orff (1936), tocada tanto por grupos de música clásica como por artistas de otros estilos, como el caso de la agrupación Therion en su disco Deggial, o por Enigma en su disco "The screen behind the mirror", especialmente en los temas "Gravity of love" y "Modern Crusaders".
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goliardos (1):
El término goliardo se utilizó durante la Edad Media para referirse a cierto tipo de clérigos vagabundos y a los estudiantes pobres pícaros que proliferaron en Europa con el auge de la vida urbana y el surgimiento de las universidades en el siglo XIII. La mayor parte de ellos estudiaron en las universidades de Francia, Alemania, Italia e Inglaterra. No obstante, la figura del goliardo puede rastrearse hasta épocas muy anteriores. Ya en el siglo IV, el concilio de Nicea condenaba a un cierto tipo de clérigos de vida licenciosa que podrían equipararse al goliardo (Vagans). En la Regla benedictina y en otros textos canónicos posteriores se vuelve a mencionar a la figura del clérigo vagabundo y ocioso.


Pero, más allá de su forma de vida, lo que más interesa de los goliardos es su afición a la literatura. Muchos de ellos escribieron poesía satírica en latín, donde, expresando su descontento, criticaban a la Iglesia, a la sociedad establecida y al poder, así como composiciones líricas donde elogiaban el vino, la taberna, el juego, las mujeres y el amor. La poesía goliardesca se cultivó por toda Europa durante la Edad Media. Las composiciones, casi siempre anónimas, son muy diversas: desde poemas sencillos hasta otros muy elaborados y retóricos.
En España, los goliardos eran llamados sopistas y, de ellos, derivaría la actual tuna.
La cantata Carmina Burana de Carl Orff está inspirada en este tipo de escritos medievales.


códice (2):
Se denomina códice (del latín codex, -icis, 'tablilla de madera encerada para escribir' y posteriormente 'libro') a un documento con el formato de los libros modernos, de páginas separadas, unidas juntas por una encuadernada. Aunque técnicamente cualquier libro moderno es un códice, este secundario término latino se utiliza comúnmente para libros escritos a mano, manufacturados en el periodo que abarca desde finales de la Antigüedad preclásica hasta el fin de la Edad Media.
Etimológicamente, procede del caldeo caudex ('tabla') y de este al latín caudex, -icis ('tronco') que contrajo el diptongo en codex, nombre que dieron los romanos a la tablilla de cera para escribir y por desplazamiento semántico metafórico en los inicios del cristianismo designó al libro en su formato actual, con páginas, distinto al de los rollos empleado hasta entonces.


El códice está conformado por un conjunto de hojas rectangulares de pergamino o de papiro (o alternando ambos materiales) que se doblan formando cuadernillos para escribir sobre ellos, los cuales se protegen mediante una encuadernación. Dichos cuadernillos, al unirse a través de la costura, llegan a constituir el códice completo. Los cuadernillos se denominaban por los romanos duerniones, terniones, cuaterniones o quinterniones según el número de hojas contenidas antes de doblarlas. Como lo regular es que se formaran cuatro (ocho dobladas) ha quedado el nombre de cuadernos (quaterni) para designar los ejemplares pequeños aunque dispongan hoy de mayor número de páginas.
El Papiro se utilizó desde el siglo IV a.C, siendo Egipto el productor de este material por alrededor de tres mil años. Sin embargo empezó a perder importancia a partir del siglo II d. C. debido a la competencia del pergamino. No obstante se continuó usando como "material venerable" para algunos documentos oficiales durante la Edad Media. Estos documentos de papiro fueron siempre menos comunes y necesitaban reforzarse por el dorso para evitar su fácil ruptura; los documentos en papiro sólo se escribían en una de sus caras y por lo que se les llama anapistógrafos.
El pergamino se conocía ya desde tiempo de Eúmenes II (195-158 a.C) y se cree que se originó en la ciudad de Pérgamo, de ahí su nombre. El pergamino no era más barato que el papiro, debido a que para hacer un solo documento debían sacrificarse un gran número de animales. Sin embargo, el pergamino era menos quebradizo y resistía mejor los embates del tiempo, por lo que fue ganando en popularidad. Los códices de pergamino se escribían con frecuencia por ambas caras de sus hojas (opistógrafas). En los ejemplares más lujosos, al pergamino se aplicaban hojas de oro o se teñía de púrpura; las encuadernaciones podían tener incrustaciones de materiales preciosos, como joyas engarzadas, laminas repujadas en oro o plata o incrustaciones de marfil.

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